QUÉ SON LOS MUDRAS Y PARA QUÉ SIRVEN




Tanto para la física como para las distintas filosofías todo es energía y todo tiene significado. Lo que vemos y lo que no vemos, lo que nos compone como organismos vivos y toda materia que nos rodea, tiene información. 

Al mismo tiempo que somos unidades biológicas independientes, también formamos parte de un todo mayor y estamos permanentemente conectados con todo. Así, existimos incluso en las formas sutiles de los pensamientos o de las emociones y de la energía que nos rodea. En este contexto se puede comprender mejor qué son y cómo funcionan los mudras. 

Para el budismo y el hinduismo, un “mudra” es un gesto hecho generalmente con las manos o dedos y considerado sagrado. 

La traducción de “mudra” en sánscrito quiere decir “sello” o “anillo para sellar” que resulta del gesto de unir los dedos de la mano formando una especie de anillo que permite concentrar la energía o hacer contacto con una energía en particular.  

Las manos, según estas creencias ancestrales, son algo mas que solo partes funcionales de nuestro cuerpo, son un mapa de energía de nuestra conciencia y salud.

Cada área de la mano corresponde a cierta área del cuerpo, así como a diferentes emociones y comportamientos. Doblando, cruzando, estirando, y tocando nuestros dedos y palmas, podemos, por tanto, comunicarnos con nuestro cuerpo y mente.

Al igual que con las letras formamos palabras, con la posición y el contacto de los diferentes dedos, según la técnica de los mantras, formamos mensajes, favorecemos la circulación de energía en nuestro cuerpo y activamos la comunicación cuerpo-mente, es decir, se activan los chakras o puntos energéticos del cuerpo.

La mano derecha representa el sol y la izuierda la luna y cada uno de nuestros dedos simboliza uno de los cinco elementos que forman el universo y además se relacionan con un planeta, su energía y la cualidad que este planeta representa ya que cada uno de estos planetas o estrellas proyecta una energía diferente sobre la tierra y los seres humanos.

El pulgar representa a Dios, el fuego, el meridiano del pulmón, el planeta Marte, la fuerza de voluntad, la lógica, el ego y el "yo superior". En el pulgar se representa al individuo y nuestra esencia divina.

El índice el éter, la garganta, el intestino grueso y el meridiano del estómago, el planeta Júpiter, el don de mando, la inspiración y la intuición, también el poder del pensamiento. En el índice se representan los distintos estados de ánimo, el conocimiento, sabiduría, poder de procesar, la receptividad y la calma. 

El dedo corazón el planeta Saturno, la paciencia y el control emocional, el chakra del corazón, la vesícula biliar, elemento aire. En el dedo medio se representa la energía necesaria para actuar y vivir en armonía, el discernimiento y el compromiso.

El anular es el planeta de Urano (también del sol), simboliza la vitalidad, la energía y la salud, el chakra raíz, la vida familiar y los asuntos del amor, serenidad y esperanza, hígado, el elemento tierra y la fuerza necesaria para protegernos y defender nuestro territorio, fortalece el sistema nervioso y el poder para ganar.

El meñique el planeta Mercurio, la habilidad para la comunicación y la creatividad, el segundo chakra, el "yo inferior", el elemento agua. El meñique representa nuestra capacidad para interactuar con otras personas. 


Para qué sirven los mudras

Se considera que hay 24 mudras principales que junto con los asaras (posturas corporales) se emplean en la meditación budista y en el yoga hinduista para lograr una mejor experiencia durante estas prácticas, ya que, después de todo, la meditación tiene que ver con el bienestar personal y la felicidad.

Es decir, en términos generales, los mudras tienen dos grandes ventajas en la meditación: te ayudan a relajarte y aumentan tu capacidad de concentración en momentos de estrés o tristeza por su efecto calmante. Los expertos aconsejan combinar los mudras con los mantras para disfrutar de una experiencia de meditación aún mejor ya que los mantras mantienen la mente ocupada mientras que los mudras, dan a las manos algo que hacer.

Los mudras son, en definitiva, una herramienta óptima para mantener el cuerpo quieto mientras meditas puesto que sentimos el contacto con nuestras manos. Está parte de nuestro cuerpo tiene tiene una profunda conexión con el cerebro, por lo tanto, la forma en que tomamos nuestras manos puede influir en la manera en que fijamos nuestras mentes y cuerpos. 

Los mudras aprovechan la energía generada por las asanas y el pranayama para conducirla de forma adecuada dentro del sistema energético del cuerpo. Estos cierres y conductores de energía repercuten intensamente sobre la estructura emocional y psíquica del practicante induciendo a estados de interiorización y meditación.

Tú decides qué gesto utilizas en cada situación, todo depende de la meta que se quiera alcanzar.

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